la era de los dinosaurios-
carcajadas del diablo,
incoloro
súbito
demoniaco
latigazo líquido, transparente, hirviente
grito recóndito
gemido de piedras
espasmo oceánico
estar, sólo estar
movimiento de aire que humilla
nuestra estancia
sol olvida
luna incendiada
cielo violeta
aliento vital
increíblemente
volatizado,
tiempo invento
llanura del sexo.
en memory de mi compa Vetotlan
Ha vuelto a la ciudad, hace un año casi casi exacto paseó por su laguna que se encuentra en la orilla este.
Ensoñadó entoces con muchas hojas pardas en el aire, la luz solar entre sus huecos, otoño, luz dorada, ambiente maduro, cenit, se respiraba en algo así como la eternidad, no pudo evitar dormir un rato, pero aún así, como si viendo el movimiento de las ramas de árboles, el color del cielo, como si pudiera oler la madurez otoñal, en sus labios el cielo, el fresco de la laguna en su cara lo podía seguir sintiendo todo, pudo aún más mover su campo visual a cosas que no fueron las últimas con los ojos abiertos, siguió explorando, descubrió que en la oscuridad podía ver más profundo que con la experiencia visual, al fondo entre árbol y árbol asomaba loma, se acerco a averiguar su textura, podía tocarle sin manos, tocó plantas también, olía a todo, avanzaba en el lugar y se preguntó la certeza de, miró al cuerpo, lo sabía, lo experimentaba y se elevó hasta las más altas ramas, flotó entre ellas, bajaba lentamente, sintióse todo, podía saber y la presencia llamó su ada, estaba detrás de ella pero no la podía observar, así que despertarse.
Cuando abriendo los ojos miró la piedra en el borde de la ovalada laguna. Observó hasta encontrar los contornos de ella, pudo verle en cuclillas pero recargada, descansando, musical, libre, mágica. Parecía fémina, no mujer, energía nacida ahí desde otro planeta, ninfa, siempre. Antes de la oscuridad preparó rápido su material, pronto la luz del atardecer entró en su fase más dorada, y el pensó ese cuadro jamás se vería tan mágico, se revelaría vivo sólo con la luz y el ambiente vespertino del Otoño. Pinta preciso, a prisa, fluido, como si el aire moviera su acción, como si nada, como si siempre, como si todo, injerto con ella en la estancia fugaz de la armonía; están dónde nadie ha podido volver, aunque sepamos que existe; pinta, en el camino hay ciudades quemándose, aves atraviesan el aire, todo comienza, todo empieza, abre los ojos otra vez para despertar las dos conciencias
cae desmayado. Recuerda haber en a todo, sin figuras, sin espacio, el primer acto irrumpió la nada y lo trajo al momento secuencial con que olvidó al cuadro, pasó esto, otro, está en otro lugar, vuelve ahora tras un año: la ciudad se siente vacía, el transporte que lo trajo volvió de inmediato, quedó sin pasajeros antes de llegar, no sabe ni cómo está donde ahí. Está y va hasta la orilla este donde laguna. La superficie se siente árida, áspera, ambiente vacío. Escucha movimiento, no distingue personas pero no enfoca, no importa, extremo este la laguna, cuando pregunta puede ver a sus lados móviles abandonados, ratas muertas, ecos inasibles al oído, su idea de verosimilidad da vueltas sin bailar al cha cha chá, pero cómo chingados no se pone a estar más conciente de a dónde y cómo va cuando está de gira con sus amistades, pero toda su pinche vida es eventos en islas, interminables secuencias en tiempo sin sentido, origen tan remoto que no es preciso preguntar pero ahora que se lo interroga y siente algo más que su edad asimilada, no termina, puede adivinarse el camino, es el mismo de siempre, va ahí y hay una ligera cuesta. A lo lejos eucliptos, a pintor que viaja viaja les da apariencia de testigos del tiempo, señalamientos del otro lado del universo.
Puede verle todo de nuevo, sin cuantificar la imagen, sin aprisionar la noción, sin saber cuándo exactamente, no quiere que no termine para no enmarcar en tiempo; vuela, estanque laguna.
Al frente la piedra. Pudo llegar de nuevo. Escucha su canto, está ahí ella, escuchando se queda, displace en la onda sónica, su micro ser avanza, nostalgia, circunstancia, , caminar, comienza a caminar de nuevo sobre el paisaje, ya es cuerpo en la materia aunque a dejado un pie en Todo, avanza hacia la roca sumergiéndose en el agua, torna por ir al fondo, va, va, si el tiempo existe recuérdamelo, si avanzo o no,
sale del feto, nada, atraviesa atmósfera, integra cosmos.
Sexo en el Elevador
Una producción de Mahatta Ghandi
Con la participación especial de: Elevador Don
Protagoniza: Imaginación Vals en el papel de Evangelia Martita
Piter Pan
Música: Zoroastro and the Brighters Sex Fun Stars
-Caen flores de felicidad a manera de telón.
-En una alcoba de 3 x 6, colores pastel, algunos cafés. Martita e Ita sobre la cama, respaldo de la cama rojo.
-Siempre que el narrador hable, el enfoque se torna borroso y gira len-tamente sobre si.
-Narrador:
Martita le contaba a Ita
de una linda puñetita:
Pues fue en el baile de la Gasper, donde quemaron gallos porque no se quisieron pelear
desde ventana, sombra y sonido:
Don juvencio el cura está muerto.
Las mujeres como si nada escucharan siguen:
Ita: la misma ocasión que fortino se declara puñal ante el cura Juvencio y el Padre lo balconea cuando salen del elevador
Mar tita: Pues no
eh Ahí que por los polonios de la magna alma
folladora de ricas y de pobres que:
estabamos el Eri y yo sobre el techo de ese elevador...
Ita: Pa empezar te preguntaría cómo se subieron, pero
como eso te lo puede preguntar cualquiera en esta situación-
E Ita Salió.
Lo mataron de afuera suena
Martita se quedó hablando sola;
plenamente consciente, plenamente alegre de su
extrovertida boca.
Mar tita: No hay pedo pared
Eh aquí, que alavado sea dios y el abrigo de S. Clos que Mart ita restriega con ahínco
sus pechosos muslos contra el suave muro
y en su deleite pronuncia:
Asi fue cariño: tremendo tirón que me dio Eri para meterme ai, que esque esto o aquello pa llevarme, yo encantada de que hablara pero más de que se apurara y estaba tan cachondo ese metaloso y aceitado lugar
me sentí follar en el centro de la modernidad
...que en los pueblos somos más creativas dice mi tía Chicha
No pared, está viva.
Un buen taco me guardaba Eri
que aún siendo flaco
ocupé las tres manos,
tan expresivo era pito
parecía me guiñaba un ojito, coquetón.
Nunca cogí tan rico c...
Y la pared se cayó.
A quién jodidos mi relato ahora cuento?
2
Mientras la parte dos se avisa con sólo un dos, hay fondo se pone el sol. La cámara comienza a descender, de un ángulo de cinco a doscientosetenta grados (0-359-358...270) enfocando el pasto y los pies de Marta que corren sobre de él.
Y fue en busca del cura,
para sonreirse exasperadamente
pues esta Martha tiene la siguiente maña:
cuando sola está
busca al cura de su comunidad
y siendo engaño o verdad
historia tan extraordinariamente pecaminosa
y preferentemente erótica,
con gemido y toda la cosa,
le suelta al confesador en el lugar.
Por dentro se carcajea con la reacción de su inhibido interlocutor
ya la quiso follar
pero ella no cedió a tan insano amar
él la incitó a volver
para con sus relatos
su pito volver a jalar,
y sintiéndose ella,
su dedo en él meter
-Dime más, dime más mujer
de cuánto has sido capaz
que en el infierno te han de acoger.
Por esta vida una eternidad has de pagar.
-Infierno es lo que siento dentro padre!
y si allá están los peores,
y los peores hasta peones lo hacen tan bien
...mmhff
Yo sé de cierto que ese padre
cuando en la noche no logra conciliar el sueño
reza un rosario entero a la madre del cielo
para que le saque ese demonio
que se revuelca hasta su intestino
horrible, movidizo demonio,
le llama al más largo dedo.
-(Un poco menos desenfocadas, película de elefantes; a la derecha el gris casi café, izquierda el otro ligeramente rosa, tras de él uno negro y grande, al fondo en el centro una cuevita)
Pero oh audiencia mía! disculpadme por tan largo divagar
que cuando uno fingo la soledad
todo lo que no me entra me sale por la boca.
En fín volvamos la Mar tita!
que llega a la iglesia llegó:
-(Cruza la puertesota. Desde otro angulo se observa cómo entra al confesador).
Martita: señor cura, señor padre, por favor condedame audición
Cura: Dime niña, fue esta vez mujer, hombre, animal, objeto? fue sexo o asesintato? Dímelo ya que quiero irme a mascenar
Mar: pero tan marcada estoy, que usted ya espera usted de mi hasta el pecado mortal?
Cura: Dime qué más me queda esperar
Mar: Esta vez fue en el techo de un elevador
C: sigue... con quién?
M: No lo conoce.
C: Estás segura de que no me lo ocultas?
M: Padre, lo siento, lo siento venir! ahora
no.. no.... es horrible resistir
Padresito maliciosamente se sonríe
C: Pero que te acontece hija mía! dime que viene!
M: Es el asalto!
C: Como
M: Lo que no le platique siempre. la fuerza esa que me posee de pies a cabeza, alma y corazón
Y cura no quiso preguntar por ganas de orinar,
aunque su repito
estuvieze ya firme y elocuente
como profeta impedido por bragueta cual
divide al reino mortal del paraíso estelar
o de nuestro infierno personal.
M: Me viene!
C: Luchar contra el!
M: No quiero
C: Mujer..! Qué pide? Qué quiere?
M: Que lo mate
a usted.
Corre la ventanita
Cura conociendo los andares de Martita
Observando su mirada más profunda que el infierno
e infinta que la eternidad
no sabe si matarla o meterle mano
C: Hija! Que te lo he de sacar!
Avanza sobre ella irizada y las piernas le levanta
Marta, mucho menos pendeja que caliente
muerde un ojo
-O me mata
o me lo hace con violencia
-Por los designios divinos! qué he de hacer santo padre! no puedo hacer más por esta oveja descarriada! el diablo y ella hacen conjunción pa--
-Cállate pendejo
y un huevo le pellizca
-Puta desangrada
taz! taz!
Más trucha que buena
se deja en el suelo
y se retuerce
como señalando su estómago
y el viejo cura,
en sacrosanta expedición
sube su faldón
mete su aguijón
A propulsión la abertura Martiana estrella al invasor
Con algo le pega un putazo en la mollera:
-No es por ahí! Rápido que me poseé y lo he de matar!
-Tonces?
Va a insertar su taco por donde comen las princesas
pero ella le atasca otro putazo
-Aquí:
Majestuoso aparato cular afrenta
y ya que,
a exorsisar al diablo
Mar: culear, culear, cu!-lear...
0
(Escenas en blanco y negro de Marta corriendo contra el viento sobre el pastizal).
(Detrás la iglesia derruida).
(Eri sacándose sangre bajo costillar, dentro del elevador sentado).
(Tomas de hormigas en el cuerpo de un puerco-
en el Cuerpo de Eri-
de Ita-
sobre un patio cualquiera del pueblo.
(Dios embalsamado).
1
Dentro del elevador, Eugenia escribe un papel, se alcanza a leer:
haz un cortometrje...
4
La cámara busca enfocar la soledad sobre el cuadro primario: mismo pastizal por el que corriera Martha.
Con el canto de Martha cambia la escena: la cámara gira hacia la derecha un ángulo de noventa grados y hacia arriba cuarenta y cinco grados: conforme avanza la toma el día oscurece. Se queda parada la toma tres segundos, cuadro fijo y aparece Martha corriendo por el centro de abajo a arriba en la noche, cuando está en la parte superior de la pantalla (cuadro) la cámara desciende y aparece un subtítulo buscando a la nada, cámara se estaciona en los veinte grados. Desapareció Martha en el horizonte.
-El cuadro se recorre hacia la izquierda, pero fijo, dejando la pantalla en negro. Se queda toda en negro. Caen las flores de la felicidad a manera de telón.
Paquio
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