Necesito amor, sí. Nunca me di cuenta o nunca necesite así, el precio de sentir la llama es el de necesitar quitar la yema.
Me gusta viajar, viajando se pierden los laberintos del vacío. No es bueno ver siempre a la luna desde el mismo lugar, lueo ni la vemos. Necesito amor y ustedes no necesitan que se los diga, puedes ahogarte en una taza de café, una persona puede congelarse de frío en las calles de una ciudad, mucho más que en un rancho a penas poblado. Las ciudades no me gustan. Puedo desmayarme en seuida de un árbol, muerte momentanea, salir a andar por aí, a la ente le vale el cuerpo, me haré amigo de los zopilotes, en esta parte de la ciudad hay un chingo.
El destino entero puede pasar en un seggundo frente a cualquiera de nosotros y seguiria uno absuelto respaldado en el infinito. La realidad no es lo todo sino el luar común de quienes siguen así. El mundo se desvanece enteramente bajo nuestros pies.
A la fuga de la nada, y el destino también nada. La persecución de un camino. El presente un vacío, siempre corremos de él, alimentando el tiempo vivido de pasado y futuro. Detenerse sería caida libre. Dicen que en caida libre en el vacío no hay gravedad. Dicen tanto. Destino y origen la misma remota chingadera. Movimiento, no hay forma visual del universo porque no hay ojo que se pueda detener a ver, todo lo que existe existe y se chingó. Otros valores dimensionales serían necesarios para entender un poco más del universo, del movimiento. Voy a hacer una revolución que me proporcione cajetas buenas toda la vida; con esta garantía me voy a ir mucho a la chingada de aquí, dejándome transitar por este mundo sin liebres. Ya está amaneciendo y no he acabado el guión de mural viviente. Valgo menos que un gemido de mi madre.