la vida no es una pendejada. Nada
es una pendejada. Ni
yo, ni tù. Pero como chingados tengo ganas de morirme.
Y me vale madre, a lo mejor ni tengo ganas
pero el pensamiento y me revolotea como mosca este ùltimo dìa
y ayer
y antier
y a cada rato que le da la gana casi desde que tengo me mo ria.
Es mas ni siquiera me quiero morir, puta madre, me pudro
en el lindo horizonte amarillo
me lo merezca o no
enterrado en la luz del sol
aterdecer desertico
y que los zopilotes fantasmas traguen lo que en el aire de mi
haya
y a la chingada lo que ahora imagine
enterrado en la luz
evaporado en el loco desierto,
comido por zopilotes que
quiero que sean blancos.
Y que nadie se acuerde de mi
para no mortificarme desde ahorita por las lagrimas de mi madre
o el olvido de fulana
o el reproche de sutano.
Hasta el mundo es hermoso
no tiene la culpa de yo huevòn
y tambièn creo
que no hay verdad, sino mucho por vivir
pero ahorita no quiero
ni quiero querer. Y ya.